Olha que coisa mais linda

Olha que cosa mais linda, blog cuya URL tiene un error ortográfico provocado voluntariamente para conseguir que no estuviese cogido ya por otra persona, es la respuesta a una larga lista de peticiones para que fuese escribiendo un diario online de mis aventuras y desventuras por el año que pasaré en a cidade maravilhosa.

30 junio 2007

Comienza el horario de invierno en el trabajo.

A nuestro santo jefe, Francis, se le ha aparecido alguna virgen y a partir del lunes vamos a empezar con el horario de verano ya hasta el final. Aunque sea invierno. O sea, a las 15:30 todos los días, estaremos fuera :D Así aprovechamos un poquito más la tarde.

Para las aulas de pandero, por ejemplo, donde ya voy tocando alguna cosilla que se deja oir. Al principio todos eran ejercicios para coger un poco de técnica. Y era un poco aburrido. Pero ya poco a poco el profesor me ha ido enseñando unos ritmitos y ya toco samba, conocida, y otro cuyo nombre no recuerdo. "coco de no se qué", que se toca en el nordeste. Concretamente en pernambuco.

La pena es que el pandero que me compré es bastante caca, valga la redundancia, y lo que tengo que hacer es comprarme ya uno de cuero, que suenan mucho mejor.

Mañana por la mañana vamos a innovar un poquito. Por la mañana vamos a ir a hacer una especie de juego-yincana al aire libre en lo que se llama el Bosque de Barra. Un trocito de selva al oeste de la ciudad. Se trata de que te dan un mapita y una brújula y, por equipos, hay que ir encontrando puestos de control. Algo así es de lo que me he enterado. Al final, no sé si el que antes llega a la meta habiendo pasado por todos los puntos de control, gana. Por lo visto, una vez pasado por todos los puntos, al final se hacen unos cinco kilómetros, andando y corriendo.

Este es leve. Si nos mola, nos han dicho que nos apuntemos a otro más durillo. A ver qué tal.

Y por la tarde de mañana Thiago nos ha invitado a un nuevo de sus famosos churrascos en casa. A partir de las tres me estaré poniendo púa a carne. Tranquilidad, me lo merezco. Esta mañana he pesado por debajo de 80. Aunque supongo que ha sido un espejismo basado en que ayer no cené. Supongo que ahora en la comida lo habré repuesto todo y estaré en mis 81/82 normales.

¡Más fotos de Manaus!

Puestas del sol. No me canso de ver estas fotos.







Lo que se me había olvidado comentar es que hay lianas como las de tarzán. Aquí estoy yo haciendo el mono con una de ellas. Importante es decir que Chechu no calculó bien y se pegó una buena toña contra un árbol. Qué pena que no haya fotos de tal suceso.



Nada más por hoy. Ya seguiré con esto.

Bjs

Pedrão

27 junio 2007

Algunas fotillos más de Manaus, bien, ¿no?

Sobre todo del encuentro de las aguas. Chechu se curró mejor que Pablo las fotillos del fenómeno. Así que estas dos son las que lo retratan más o menos. No lo voy a explicar de nuevo, para eso, leer el post de cuando conté Manaus.





Un par más de el agua y la selva... que molan.





Y una araña. O debería decir arañón. Qué pena que no se aprecie bien su tamaño... pero era como la palma de mi mano. De todas formas, no es la más grande que vimos, ya que estuvo el día de la tarántula. La araña de la foto es como plana. La tarántula era con forma de cangrejo y del tamaño ya de mi mano entera, siendo los dedos, las patas. Sin miedo a estar exagerando. Tenía tela. Pena que de esa no haya fotos.



Y un vídeo haciendo el mono



Habrá más

Saudaçoes

PC

26 junio 2007

São Paulo no es tan terrible

Claro, el viaje a São Paulo se resistía desde el principio. Siempre que hacía planes, nadie me motivaba especialmente para yo decir, qué bien, estoy yéndome a São Paulo. El motivo es que es la ciudad más grande de sudamérica. Una gran mole de cemento, edificios, avenidas enormes, polución, tráfico, etcétera.

Y claro, yo decía... que me voy a São Paulo!! y la gente me decía... no sé qué se te ha perdido allí... y yo cancelaba.

Pero hará cosa de un mes dije... me tapo los ojos y los oídos y me voy me digan lo que me digan. Y no me arrepiento.

Seguramente por que la espectativa generada era bastante ruin, la ciudad, lo que he visto, me ha gustado. Llegué al aeropuerto de Congonhas tras dos horas y pico de retraso, lo cual en realidad está bastante bien visto los problemas que hay siempre con el tráfico aéreo en este país.

Y luego una hora de atasco para hacer 9 kilómetros que me separaban de donde me iba a quedar en São Paulo.

La avenida Paulista mola mucho. No sé. Me recordó, salvando las distancias, a las grandes avenidas de rascacielos de Nueva York. Con mucho de grandes teatros, galerías culturales y demás. Un ambiente muy chic. De nuevo, salvando las diferencias.

El viernes fui a cenar a casa de Pablo (ICEX de São Paulo) y Roberta (su novia), que me habían invitado. También fueron algunos amigos suyos: Lisa (amiga de Roberta), Elena (ICEX de São Paulo) y Noiro (o algo así, japonés, el novio de Elena). Estuvimos un rato, pero yo me fui enseguida a dormir, porque estaba muerto del viaje, las esperas y el tráfico :S. Por cierto, Pablo y Roberta se casan en septiembre, noticia que me dieron ese mismo día. Estamos locos en este 2007.

El sábado aproveché y conocí un poquito la avenida paulista. Muy chula, ya he dicho como era. Y luego por la tarde quedé a comer con Raul, informático de São Paulo, para luego ir al parque de Ibirapuera, que, también como cualquier ciudad enorme, es el típico parque enorme con lagos enorme y mucha gente haciendo todo tipo de actividades (de las que se pueden hacer en un parque, las otras no).

Gracioso como, al igual que en el Central Park de Nueva York, por ejemplo, tienes el contraste de los árboles, las ardillas y los laguitos y, justo detrás, como acechando, los grandes edificios.

Por la noche, fiesta. Cumpleaños de Pablo y Roberto, el periodista de São Paulo. Lo que más me llamó la atención fue la cantidad de gente que son allí. Yo qué sé... nos pudimos juntar unos veinticinco en total. Y faltaba gente. Muy chulo. En realidad, por lo que me dijeron, no es normal que se junten tantos, pero bueno, ya que era el cumpleaños de dos, pues en esta ocasión sí que estuvieron la gran mayoría.

Y domingo, que dimos un paseo por el barrio judío, cerca de la paulista. Un barrio super tranquilo y bonito donde comimos ese día. Luego todo pasó superrápido. A por las maletas a casa de Pablo y al aeropuerto. Con apenas media hora de retraso aterricé en Río y el trayecto en bus hasta casa fueron cuarenta y cinco minutos de dormir para seguir recuperando sueño atrasado :D.

Mañana voy a poner nuevas fotos de Manaus y de la fiesta del sábado en São Paulo.

Así son las cosas y así se las hemos contado.

Bjs

Pedro

20 junio 2007

Semana de despedida de Vicky.

De las consecuencias del próximo cierre de la oficina, la primera afectada a efectos efectivos es Vicky, que deja la misma el viernes para volverse a España.

¿Será que escribo lo que tengo en la cabeza? Es que luego se les suben los humos a la gente ésta y como lo lea, sube el Viquímetro hasta las nubes... pero bueno, voy. La verdad, la oficina sin Vicky y Maitane sería como un pato en el manzanares... como el ojo del maniquí vamos... jeje... porque una oficina sin ellas es... una oficina...

En fin, para el que piense que se me ha ido la olla, recordarle que son letras de Sabina.

Bueno, el caso es que los diferentes entornos de la vida de Vicky en Río de Janeiro han tenido o van a tener una fiesta y/o cena de despedida.

Los compañeros de trabajo informalmente, ya que ayer comimos en un restaurante un poquito más chic (aquí leido shiqui) a modo de conmemoración.

Los amigos españoles, todos nosotros, ya que ayer cenamos en La Garota de Ipanema, que además de una canción de Vinicius de Morais es un restaurante muy famoso en la calle Vinicius de Morais, en Ipanema.

Los amigos de Vicky de Río de Janeiro, ya que, como alguna vez habré dicho, o no, Vicky vivió cuatro años cuando era pequeña aquí y tiene ese grupo de amigos también. Esta noche va a celebrarlo con unas cocacolas en el Baixo Gavea. En realidad los españoles también vamos, que no nos perdemos ninguna.

Los compañeros de trabajo formalmente, ya que mañana vamos a comer en un restaurante también muy bueno un poco de carne y demás (picanha fateada). Aprovecho para agradecer a todos los comtribuyentes españoles, empezando por mí mismo, el festín que nos vamos a dar.

El mundo está mal hecho

El otro día, y formando parte del conjunto de festejos dedicados a lo mal que tengo la cabeza y lo despistado que soy, tuve que anular de nuevo mis tarjetas de crédito de Citibank. El motivo, creer que las había perdido. Pasó lo de siempre, en el mismo momento en que colgaba la llamada desde el móvil para cancelar las tarjetas, miré al suelo y encontré la cartera con todo junto a la rueda de un coche. Sí, todo esto fue después de bajarme de un coche.

Ahí el que está mal hecho soy yo. Pero el mundo está mal hecho porque resulta que al bloquear la tarjeta, también estás bloqueando tu cuenta y, por tanto, ya no puedo no sólo sacar dinero de los cajeros, cosa lógica porque no tengo tarjetas válidas (me llegan el domingo a Río), sino tampoco hacer cualquier movimiento en mi cuenta.

He tenido que mandar una carta urgente que llegará en tres días a mi cuenta y sólo después podré volver a operar. Imagina que eso mismo le pasa a mi padre... le dicen... oye, que no puedes operar de aquí a una semana... pues tan feliz, porque se va de vacaciones toda la semana a la parcela. Pero a mí no me viene bien.

El mundo está mal hecho. Si lo hubiese hecho yo, sin duda, lo habría hecho mejor. Ese tal dios no tiene ni puta idea.

Venga, hasta la próxima.

PC

16 junio 2007

Fin de semana en Río

Después de los últimos viajes, no está mal que este fin de semana sea para quedarse aquí tranquilito. Bueno, tranquilito es un decir, porque ayer ya estuvimos por Lapa hasta las mil y ahora sábado me acabo de despetar a la una. Por cierto, una mierda: lleva todo el día haciendo un sol muy playero y llega el sábado y salen nubes. A ver si de aquí a poco se despeja o si no ya mañana.

Finde normal. También está Cristiano, que ha venido para salir con nosotros. Creo que hoy es el día oficial en el que todos saldremos en plan despedida de Vicky, que ya se vuelve a España. Sí, es la primera afectada por el próximo cierre de la oficina y le han adelantado la vuelta nada menos que al viernes que viene, veintidós de junio.

Así que, aunque no nos podamos ver todos hoy en la playa, a partir de por la tarde se montará algo todos juntos para salir y conmemorar la ida de Vicky como se merece.

El jueves Francis, el Consejero Jefe de la oficina, nos invitó a su casa a cenar. Lo hace todos los años con los becarios hacia el final de la beca. Madre mía, menuda casa tiene. Es un ático con terraza y piscina en una de las mejores zonas de Río. Con vistas al Cristo, al morro Dos Irmãos y a toda la playa de Ipanema. Muy muy chulo. Estuvimos allí echándonos unas buenas risas con él, su mujer y su hija de dos años. bueno, su hija se fue a la cama nada más llegar nosotros, claro, de los vinos no participó.

Por cierto, menudo pulpo a la gallega tan rico que se curró él mismo para nosotros. Muy rico. Hacía años que no comía pulpo a la gallega.

El que falta a todo esto es Zé, que se fue el sábado pasado a Bahía. Tenía que acudir a una feria por trabajo que fue el jueves y viernes, pero él aprovechó en aquel estado desde el sábado anterior hasta mañana domingo que vuelve. Se lo ha montado bien por allí. La pena es que se va a perder la de hoy que, como digo, se supone que es la fiesta oficial de la despedida de Vicky.

Y el finde que viene yo me voy a São Paulo. A ver si al final se apunta alguien más.

Y a ver si sale el sol joeeeeeeeeeeee... que apetece playa.

Ya escribiré más.

Bjs

Pedrão

12 junio 2007

Fotos del Amazonas

La primera, una del llamado Teatro Amazonas, en el centro de Manaus. Justo eran las fiestas locales (la fiesta del buey) y había un escenario y un grupo de la ciudad tocando. Muy imponente el teatro.



Aquí se puede ver la increíble cantidad de agua que tiene el Amazonas. Habíamos estudiado que se trata del río más caudaloso del mundo, ¿no? Bueno, no sé... yo creo recordar eso. Pues aquí se aprecia lo parecido que es, directamente, a un océano cualquiera. Muy grande.



Qué pena que en esta foto no se vea muy bien. Es la única que Pablo hizo del asunto. Se trata del explicado en el anterior post fenómeno del encuentro de las aguas. Sí que se puede llegar a ver la diferencia de color entre las dos partes del agua. Pero, no sé, a ver si Chechu o algún otro de los expedicionarios tiene alguna foto que se vea un poco mejor.



Ésta es la plataforma flotante que fue nuestro campamento base.



Todo el grupo. De izquierda a derecha, de arriba abajo:

Gidi (el israelita, al que apodamos como Guiri, dada su condición de no español), Pablo, Chechu y yo (nótese cómo me he puesto de puntillas para llegar al metro noventa de ambos compañeros), Raul, Fabinho (el guía, nótese que es el más bajito del grupo, incluyendo a María, que siempre se lleva ese honor), María y Yennay. Falta Álvaro, pero su vuelo salía un poco antes y ya se había ido cuando se nos ocurrió hacer la foto de grupo.



Aquí todos dándonos un baño en el Río Negro, donde estaba enclavada dicha plataforma-hostel. A apenas doscientos metros de aquí fue donde pescamos pirañas. Pero los guías nos dijeron que era seguro bañarse. Así que ahí que se nos ve tan felices.



Desde la plataforma, al atardecer se tenían estas vistas





Nada más llegar el día que dormimos a la intemperie. Apoyados todos en los troncos que conformaban la minichoza que, con tanta destreza, nuestro guía Fabinho se dedicó a hacer cortando unos pocos árboles.



El interior de dicha choza con todas las hamacas puestas. Foto hecha ya por la mañana.



Nuestro guía Fabinho terminando de asar unos pollos y disponiéndolos sobre la mesa que él mismo se acababa de currar. Las hojas verdes, los platos. La cuchara de madera dentro de la cazuela de arroz, también hecha en ese mismo momento por él.



Yo con el machete de Fabinho haciendo el salvaje en la salvaje selva.



Con el perezoso que Fabinho se encargó de bajar de un árbol dándo tres saltos. El animal más gracioso del mundo. Y torpón y simpático. Mola mucho.



Como no tan simpático es el cocodrilo que el guía nos había cazado la noche anterior. Muy chulo el tacto. Como dije ayer, apenas tenía un metro, así que no presentó muchos problemas a la hora de dejarse coger. Muy guay.



Foto que Pablo quiso hacerle a una niña de por allí. Recuerda un poco a la de la niña esta de National Geographic, que también tiene su foto. Mola



Podría haber hecho algún vídeo de algún animal, lo sé. Pero bueno, lo más parecido que tengo es éste vídeo mío haciendo el chorra desde la plataforma y tirándome al agua dándo una pequeña vuelta. Sin más.



Pronto voy a tener más fotos. Si veo más que merezcan la pena, las subo.

Bjs

PC

11 junio 2007

¡De vuelta de todo el periplo!

Vida Vertiginosa Pedro de vuelta por tierras civilizadas.

En realidad, no encuentro ni la continuidad para escribir coherentemente; la última vez estaba en un ciber en Córdoba muerto de frío. Desde entonces, he vuelto a Río, he pasado un día y medio, me he ido a la selva, me he muerto de calor y he vuelto a la oficina. Pasando una sola noche en casa después de todo. Qué lío.

Pero bueno, explicamos por partes y todo tendrá su coherencia.

El final de la estancia en Argentina. Con el tratamiento antibiótico, enseguida me puse bien y pude continuar disfrutando con mis primos, sobre todo. El último día por la tarde salí por el centro y me compré una mochila estupenda tamaño medianito. Óptima para un viaje como el que me esperaba en Manaus.

Así que, en fin, el miniperiplo en Río fue llegar el martes tarde a trabajar, salir para ir a casa, deshacer la maleta de ropa antifrío y rehacerla en la mochila nueva con ropa anticocodrilos. Dormir en casa pero con la maleta preparada, ya que al salir del curro al día siguiente iría directo en bus para el aeropuerto.

Y de ahí a Manaus, donde el calor es mucho más axfisiante que en Río en esta época del año. No en vano está al lado del ecuador y la humedad es brutal, ya que están allí en plena época de lluvia y eso no hay quien lo aguante. Mucho mosquito y tal, claro.

Llegamos el miércoles por la noche, nos quedamos en un hotel del centro y por la mañana del jueves nos metimos en un barco que nos llevó primero al encuentro de las aguas y después a la plataforma flotante donde establecimos nuestro campamento base.

Encuentro de las aguas

Este es un fenómeno la mar de curioso que se produce cerca de Manaus, en lo que es el propio río. Resulta que a la altura de Manaus empieza lo que es el río Amazonas propiamente dicho. Pero este río es la unión de otros dos que vienen de mucho más lejos: el Río Negro, que viene del norte y el Solimões, que viene del oeste.

Pues se da el caso de que ambos ríos tienen características diferentes principalmente en dos aspectos: la velocidad a la que va cada uno y la composición de las aguas de ambos. Así, cuando se produce ese encuentro de ríos, como digo, a la altura de Manaus, las aguas no se mezclan directamente formando un todo, sino que durante, creo que son, once kilómetros, ambos ríos concurren separados hasta que poco a poco se terminan mezclando. Y en esto resulta el fenómeno del encuentro de las aguas.

Al fin y al cabo, ¿qué es lo que el ojo ve? Al ser diferentes los dos ríos en su composición, también son de diferente color. El Río Negro es, como su propio nombre indica, completamente negro. Y el Solimões es tirando a color amarillo-barro-guarrera. Entonces, durante esos once kilómetros, básicamente, lo que se ve es una separación absolutamente perfecta, como si tuviesen una pared en medio, entre ambos ríos. Pero sin existir dicha pared. De hecho, lo que el barco hace es ir y ponerse justo en medio de dicha frontera natural estando, por ejemplo, la popa en el Solimões, viendo su color amarillento y la proa en el color negro del Río Negro.

Muy muy muy curioso.

La plataforma flotante

De ahí, el barco comienza a subir en contra de la corriente del Río Negro y tres horas después llega a la plataforma flotante donde habíamos contratado nuestro paquete turístico, con perdón.

La plataforma es lo más rústico y simple del mundo. Baños enanos y con apenas facilidades, bastante bicho por ahí suelto, todo de madera y, por supuesto, ni electricidad. Apenas un teléfono de emergencia. Las camas se salvaban, ya que eran bastante cómodas.

Y desde este campamento base, que era lo más parecido a un campamento de verano, pues partían todas las actividades.

La que más me moló sin duda ninguna, el paseo nocturno en busca de jacarés, cocodrilos para los amigos. Fue guay. Desde el principio íbamos remando en una canoa. Con un guía, claro. Todo en canoa porque resulta que ahora es la época de lluvias y las orillas están desplazadas algún centenar de metros por causa de la crecida del río, que tenía unos cuatro metros más de altura de lo normal. Así que al principio íbamos bajo un increíble manto de estrellas en lo que es la parte que correspondería al río incluso en la época de sequía para, a continuación, adentrarnos aún en canoa bajo las copas de los árboles en lo que ya se correspondía con la parte donde, durante la parte del año en la que “no hay agua”, ya iríamos andando. Con lo que las estrellas desaparecían de momento para dar lugar a frondosas y opacas copas de mil y un árboles amazónicos que no dejaban ver el cielo.

Y eso, rema que te rema hasta que el guía divisaba con su linterna a lo lejos un par de ojillos rojos y nos decía... ahí hay un cocodrilo y, lejos de remar a todo lo que da en la dirección opuesta, acercarse sigilosamente en dirección a los ojitos. Hay que decir que el cocodrilo más grande que se puede cazar en esa zona tendría dos metros y medio y que lo normal es verlos de un metro o metro y medio como mucho. Tampoco es tan gran cosa. Eso sí, uno de esos te mete un muerdo y despídete de la parte mordida.

Cuando ya estábamos cerca, que era cerca de la parte donde ya se hacía pie, junto a la orilla, el tío con un par se bajaba superseguro. Y en un hábil movimiento, zas, cogía al cocodrilo de la nuca, si es que un cocodrilo tiene nuca, para tras unos leves coletazos iniciales terminaba quedándose inmóvil. Nunca muerto, ya que lo primero que te dicen, y lo llevan a rajatabla, es que hay un respeto total por la naturaleza y no se mata absolutamente a ningún animal.

Hay fotos de todo esto: luego el guía le daba por volver a subirse a la barca con el cocodrilo y el mismo iba pasando de mano en mano, de foto en foto. Por ahí está la mía. Ya la subiré al blog.

Otra de las experiencias es la de la caza de pirañas. Bueno, tampoco es tan gran cosa. Es pescar. Pero cada vez que cogíamos alguna, el guía, al que en adelante llamaremos Fabinho, nos explicaba qué tipo de piraña era y si había muchas o qué. Había algunas que iban solas. Que no eran muy peligrosas. Sólo mordían y podían transmitir alguna enfermedad o infección. Pero había otras que iban en bancos y que podían comerse a una persona en cuestión de minutos. Así.

En fin, acojoning, pero fue todo bien. Todo lo que pescamos, por cierto, volvía al río, ya que eran demasiado pequeñas para ser comidas (qué gracioso... porque para ellas comer sí que eran bien grandes). Qué listas.

Por cierto, lejos de ser lombrices lo utilizado como cebo, en el anzuelo iban clavados taquitos de lomo de ternera. Tiene tela.

Otra de las cosas chulas fue, en otro paseo en canoa, esta vez de día, cuando Fabinho vio un perezoso en lo alto de un árbol y allí que se lanzó cual tarzán a arrancarlo de su aletargado sueño para bajárnoslo y echarnos unas risas con él. Y ese sí que es un animal chulo. Super tontón. Como un bebé que todavía no controla sus movimientos. Piernas para un lado, brazos para otro. Y con una aparente sonrisita la mar de chula. Aparente, supongo, porque el pobre debía estar muertito de miedo. En fin, también lo cogí y también hay fotos. Pronto las subiré, como digo.

Y otra de las experiencias fue dormir a la intemperie una noche. Antes de que oscureciese llegamos andando a un lugar de lo más recóndito y allí mismo tuvimos... bueno... Fabinho prácticamente sólo tuvo que currarse un campamento cortando árboles, creando troncos y atándolos de tal forma que quedó una estructura muy bien montada donde pusimos las ocho hamacas de los que formábamos la expedición. Todo esto cubierto por una tela azul de plástico que nos protegería de la posible lluvia, que al final no se dio.

Al lado, también con la leña que allí mismo él fabricó, se curró un fuego (ayudado de un mechero, no flipes), en donde cocinamos dos pollos que había traído congelados e hirvió un poco de arroz en una cazuela. Este Fabinho es un artista. Se curró en cinco minutos una mesa de madera alrededor de la cual nos situamos todos. Con unas hojas grandes y una cuerda creada a partir de filamentos de corteza de otro árbol, hizo los platos. Y tallando madera también, hizo una cuchara para cada uno. Muy fuerte lo del pavo éste. Estábamos allí flipando con él.

Ha nacido y vivido toda su vida en un poblado en plan Mowgli. Y se las sabía absolutamente todas. Da igual el frutillo o hojita que pillabas, que le preguntabas y él sabía qué era y para qué servía.

Al día siguiente, por ejemplo, encontramos no sé qué raíz así gorda que, al ser cortada e inclinada de punta, soltaba un agua que se podía beber. Y te ves a los nueve (ocho expedicionarios y él) bebiendo de esa agua que tenía un cierto sabor a leche de coco.

Por otro lado, cada hueco que había en la tierra o junto a un árbol caido y así, Fabinho se dedicaba a mirar si había alguna tarántula para mostrárnosla. Y halló una. Madre mía, eso sí que daba asquito. Mira que las hemos visto en el zoo y tal, pero allí en vivo y en directo era realmente de susto. Por suerte, según todos, por pena, según él, se escapó antes de que él la pudiese capturar. Pero dio para verla. Menudo bicho. Como una mano de grande. Y llenita de pelos, con perdón. Muy asquerosito.

Los ocho que éramos:
De Río: Pablo, Chechu, María y yo
De São Paulo: Raul, becario de informática y Yennay, becaria de La Rioja.
De Brasília: Álvaro, becario de informática.
Y luego, porque los grupos tenían que ser de ocho, nos juntaron a un israelita, Gidi, muy gracioso él. Hicimos buenas migas, pero sólo podíamos hablar en inglés con él. Lo cual era una pena, porque la mayoría del tiempo estábamos todo el rato hablando en español y, él, qué iba a hacer, se limitaba a sonreír hasta que a alguien le daba por traducir las cosas que eran importantes que supiese.

En fins... ayer por la tarde nos cogimos el barco de vuelta, estuvimos un rato en Manaus conociendo algunas construcciones imponentes que el centro de la ciudad tiene y después al aeropuerto para, con tres horas de retraso (Brasil es Brasil), llegar a Río y a currar directamente.

Ojalá me haga pronto con las fotos y las pueda publicar aquí. Realmente merecen mucho la pena.

Taluegooo

Peter

03 junio 2007

Argentina está fría.

Hace frío. Frío frío. Mucho frío.

Durante el día sale el sol y se está bien, a ratos se pasa hasta un calorcito guay que se agradece. Pero por la noche está en plan polar. Mucho mucho frío. 2ºC o así.

Así estoy. Yo, que no había salido del todo de mi catarro, aquí me he terminado de poner mal del todo. He pasado mucho frío las dos noches que llevo aquí. La que llegué, en lo que es el trayecto del aeropuerto a casa de mis abuelos y anoche, que salí con mis primos.

Así que esta mañana me he despertado con 38,7º de fiebre. Y he empezado con antibiótico. Soy un pupas, lo sé. Pero hasta esta mañana ahí en la cama, hecho una braga como estaba, hasta he visto peligrar mi vuelta a tiempo y, por tanto, mi viaje a Manaus, que es a partir de quarta, o sea, miércoles.

Quitando mi malestar físico, muy bien por aquí. Hoy ha sido la comida de conmemoración del 80º cumpleaños de mi abuelo. La verdad, me esperaba algo mucho más casposo con mucha más gente a la que no conociese de lo que al final ha sido. Y muy en plan tradicional. Sur de Italia. Con la guitarra allí mismo en el restarurante y toda la familia, como treinta personas, cantando una tarantela que una prima de mi padre, Lucía, había compuesto para mi abuelo. Unas risas la verdad.

Y ayer estuve con mis primos Iker y Pau toda la tarde y noche. Fuimos a una discoteca que acaban de inaugurar. Así todo pijita con canapés y toda la pesca. Muy guay. Como siempre, muy llamativo lo barato que fue todo. Discoteca superpija, como digo. Ron con limón: 2,30€. Ains.

Ahora mismo llevo en el ciber 20 minutos. Por ahora tendré que haber pagado 0,40 pesos, o 9 (9!!!) céntimos de euro. En España entras en un ciber, preguntas cuánto es lo mínimo. Te dicen que media hora, un euro. Y a mamarla. Y da gracias se no te escupen. Tiene tela.

Más: la comida del cumpleaños de mi abuelo. 30 personas. Restaurante muy bueno. En plan parrilla. El Rancho Grande, se llamaba (creo que hay un 'Rancho Grande' en cada ciudad del mundo). Por supuesto, todo el vino, toda la bebida, postre y champán. Pues bien: 1150 pesos. 277 € aproximadamente. Repito; treinta personas. En España eso es lo que le cuesta una cena en el mismo plan a diez personas. ¿Me equivoco? Igual hasta me quedo corto. El otro día Aurora me comentó que se dejó 24€ en una cena normal de un día normal con sus compañeros de prácticas. Pero eso, normal. Nada de champán ni bebida y vino a tutiplén.

Qué asquito. España es el país de los comisionistas. De acuerdo, hay que equipararlo a los salarios que hay aquí y allí. Pero aún así. Un pollo es un pollo. Y vale que en España el tío que tiene una granja le cuesta más dado, por ejemplo, el precio de la tierra, o sea, del metro cuadrado. Pero no. En España hasta que el pollo llega al restaurante igual ha pasado por ocho manos, cada una de las cuales le infla un x%. ¿Me equivoco? Y así el pollo llega al restaurante a precio de vaca. Y la vaca a precio de Maseratti. Hay que cambiar esto. No sé... en un momento dado mañana o pasado me pongo.

Me voy a ir tirando para casa. Me queda hoy y mañana en Argentina. A ver si mejoro. Aunque con este frío, no sé yo.

Qué estrés.

Besos!!

Pedrão