São Paulo no es tan terrible
Claro, el viaje a São Paulo se resistía desde el principio. Siempre que hacía planes, nadie me motivaba especialmente para yo decir, qué bien, estoy yéndome a São Paulo. El motivo es que es la ciudad más grande de sudamérica. Una gran mole de cemento, edificios, avenidas enormes, polución, tráfico, etcétera.
Y claro, yo decía... que me voy a São Paulo!! y la gente me decía... no sé qué se te ha perdido allí... y yo cancelaba.
Pero hará cosa de un mes dije... me tapo los ojos y los oídos y me voy me digan lo que me digan. Y no me arrepiento.
Seguramente por que la espectativa generada era bastante ruin, la ciudad, lo que he visto, me ha gustado. Llegué al aeropuerto de Congonhas tras dos horas y pico de retraso, lo cual en realidad está bastante bien visto los problemas que hay siempre con el tráfico aéreo en este país.
Y luego una hora de atasco para hacer 9 kilómetros que me separaban de donde me iba a quedar en São Paulo.
La avenida Paulista mola mucho. No sé. Me recordó, salvando las distancias, a las grandes avenidas de rascacielos de Nueva York. Con mucho de grandes teatros, galerías culturales y demás. Un ambiente muy chic. De nuevo, salvando las diferencias.
El viernes fui a cenar a casa de Pablo (ICEX de São Paulo) y Roberta (su novia), que me habían invitado. También fueron algunos amigos suyos: Lisa (amiga de Roberta), Elena (ICEX de São Paulo) y Noiro (o algo así, japonés, el novio de Elena). Estuvimos un rato, pero yo me fui enseguida a dormir, porque estaba muerto del viaje, las esperas y el tráfico :S. Por cierto, Pablo y Roberta se casan en septiembre, noticia que me dieron ese mismo día. Estamos locos en este 2007.
El sábado aproveché y conocí un poquito la avenida paulista. Muy chula, ya he dicho como era. Y luego por la tarde quedé a comer con Raul, informático de São Paulo, para luego ir al parque de Ibirapuera, que, también como cualquier ciudad enorme, es el típico parque enorme con lagos enorme y mucha gente haciendo todo tipo de actividades (de las que se pueden hacer en un parque, las otras no).
Gracioso como, al igual que en el Central Park de Nueva York, por ejemplo, tienes el contraste de los árboles, las ardillas y los laguitos y, justo detrás, como acechando, los grandes edificios.
Por la noche, fiesta. Cumpleaños de Pablo y Roberto, el periodista de São Paulo. Lo que más me llamó la atención fue la cantidad de gente que son allí. Yo qué sé... nos pudimos juntar unos veinticinco en total. Y faltaba gente. Muy chulo. En realidad, por lo que me dijeron, no es normal que se junten tantos, pero bueno, ya que era el cumpleaños de dos, pues en esta ocasión sí que estuvieron la gran mayoría.
Y domingo, que dimos un paseo por el barrio judío, cerca de la paulista. Un barrio super tranquilo y bonito donde comimos ese día. Luego todo pasó superrápido. A por las maletas a casa de Pablo y al aeropuerto. Con apenas media hora de retraso aterricé en Río y el trayecto en bus hasta casa fueron cuarenta y cinco minutos de dormir para seguir recuperando sueño atrasado :D.
Mañana voy a poner nuevas fotos de Manaus y de la fiesta del sábado en São Paulo.
Así son las cosas y así se las hemos contado.
Bjs
Pedro
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