Olha que coisa mais linda

Olha que cosa mais linda, blog cuya URL tiene un error ortográfico provocado voluntariamente para conseguir que no estuviese cogido ya por otra persona, es la respuesta a una larga lista de peticiones para que fuese escribiendo un diario online de mis aventuras y desventuras por el año que pasaré en a cidade maravilhosa.

07 marzo 2007

Volta à realidade

Pero vamos a hablar de una realidad ligeramente diferente, por ahora, a la que dejé antes de irme para España. Digo esto debido a la gran cantidad de trabajo que se me ha venido encima desde que llegué el lunes.

Y no es que se me haya acumulado la semana que he estado fuera. Nada de eso. Simplemente, el lunes ocurrió todo junto: se estropeó el ordenador de uno de los usuarios más importantes de la oficina, vinieron los ordenadores nuevos y recibimos una orden que estábamos esperando de Madrid para poder dar de baja unas líneas ADSL que la oficina tenía antiguas. Entre otras cosas así más o menos grandes.

Total. Que he tenido que lidiar con unos y con otros, priorizando problemas, aportando soluciones y siempre con el descontento de todos, claro, que piensan que lo suyo, lo de cada unok, es lo más importante y lo primero que tiene que ser hecho.

Así que en el curro no he parado ni un segundo. Incluso estoy dejando de hacer algunas cosas importantes en el plano personal que haría desde la oficina si no estuviese de trabajo hasta la bola.

Entre esas cosas, inscribirme en un examen oficial de portugués que voy a hacer para intentar conseguir un título homologado otorgado por el ministerio de educación brasileiro. A ver si lo hago pronto, porque el plazo de inscripción es hasta el 15 de este mes. El examen sería el 25 de abril. La primera prueba, porque luego hay otra unos días después, creo.

El día que llegué y el siguiente fueron bastante duros en cuanto al cansancio. Aterricé en Río a las cinco de la mañana. A las ocho menos veinte estaba llegando a casa. Sólo dio para darme una ducha y tirar directamente para el trabajo. Muerto de sueño, una vez más, después de una noche en salas de espera de aeropuertos y aviones. Luego, día de mucho trabajo. Y luego, lejos de dormirme un siestón de escándalo, estuve deshaciendo la maleta y otras cosas en casa para luego, sin comerlo ni beberlo, irme a la casa de Pablo a jugar al mus con los viciosos de las cartas.

Por cierto que fue una partida grandiosa, diría épica, en cuanto a cómo terminó. Chechu y Pablo estaban a dos de salirse y José Antonio y yo estábamos bastante atrás en esa definitiva vaca. Estaba claro que había que jugársela a órdagos a saco siendo que además, nos encontrábamos con que ellos eran mano. Con tan buena suerte que me tocaron de momento unos duplex caballeros (¿se llama así cuando tienes dos reyes y dos caballos?). Y con mucha mejor suerte cuando a Chechu le habían tocado otros duplex, aunque peores que los míos... cerdos - seises, creo recordar. Así que cuando llegamos a los pares hice como que dudaba un poco y, claro está, le solté el órdago. El momento de satisfacción cuando él, sin siquiera contestar, descubrió sus cartas encima de la mesa no tiene descripción. Dejé esos segundos de rigor en los que ellos creían que habían ganado. Hasta mi pareja lo creía también. Claro no era para menos. Y cuando la pareja contrincante ya se había saludado y felicitado puse mis cartas en la mesa sin decir ni una palabra, levantándome, cogiendo las llaves y saliendo por la puerta. Lógicamente a continuación volvía a entrar a ver la cara que se les había quedado a todos :D

No demasiado más. Ayer martes sí que dormí una pequeña siesta. Y hoy ha sido un día de retomar la vida deportista. Un poco de tenis, bici, una clase chunga de estas de danza en el gimnasio y, por último y más importante, Capoeira :D.

Se ha montado para este fin de semana un viaje multitudinario a un lugar llamado Ilha Grande; una isla al sur de Río de Janeiro. Creo que al final vamos tal que 16 en un equipo compuesto por todos los becarios de primera, segunda y tercera fase, más Dani, más dos amigos de Dani más una compañera de Pablo y Alejandro. Habrá fotos y demás.

Y en los próximos fines de semana se están planificando también otras movidillas. A ver si se concretan y hablamos de ellas.

Por hoy nada más, que me tengo que ir a la cama y aún ni me he duchado.

Ah! Se me olvidaba! Nos han abierto una boca del metro al lado de casa (dos calles). En cuatro o cinco paradas me planto en el curro. Mañana voy a comprobar si merece más la pena que el autobús.

Saudaçoes.

Pedro

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