Estoy disfrutando mucho de mi estancia en Madrid
Sobre todo de ver a la gente que hace mucho que no veo. Parece de perogrullo, pero es totalmente cierto. Una sensación super-rara y reconfortante al mismo tiempo. Gente a la que vi antes de irme a Brasil, con la que tengo mucho en común, lo que se demuestra en cada encuentro y que, tras apenas horas, muchas veces minutos, de charla y reencuentro, se considera que queda renovada la amistad o lo que sea hasta que vuelva a volver; ya definitivamente.
Hoy por la mañana he ido al banco a solucionar algunas cosillas y luego a hacer unas compras que eran necesarias. Luego he venido a casa. Le he hecho la comida a Aurora y me he ido al encuentro de diferentes personas. Sara por un lado, a la que le debía su MP3 (se lo dejó olvidado en Brasil cuando estuvo allí visitándome). Por otro lado, de nuevo a mi hermana, sus antiguas dos compañeras de piso y amigas, María y Sara y, por último a María Caipirinha, a la que tenía también muchas ganas de ver. Todo ello en casa de mi tía en una de sus famosas y espectaculares cenas. Risas, comentarios, problemas de la vida diaria de unas y de otras. Recuerdos y para casa.
Ahora ya tranquilo, casi a la una de la noche, repasando mentalmente el día que tengo mañana: comida con los del antiguo curro, para que me cuenten sus batallitas, tarde con Tere y, a continuación, resto de la tarde-noche con todos los Ydilos viendo a Les Luthiers y echándonos unas buenas risas (una cosa va con la otra).
Nada más por hoy.
Saudaçoes.
Pedrao Carioca
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