Olha que coisa mais linda

Olha que cosa mais linda, blog cuya URL tiene un error ortográfico provocado voluntariamente para conseguir que no estuviese cogido ya por otra persona, es la respuesta a una larga lista de peticiones para que fuese escribiendo un diario online de mis aventuras y desventuras por el año que pasaré en a cidade maravilhosa.

06 enero 2007

Oi galera!

Es la segunda vez que escribo hoy. Básicamente son las once menos cuarto de la noche y estoy haciendo tiempo en casa aquí tirado en el sofá para dentro de un rato salir a darlo todo.

Finalmente iré por Lapa. He hablado con Vicky y me ha dicho que es el cumpleaños de una amiga suya y lo va a celebrar en el Democráticos. El bar más visitado por nosotros desde que llegamos.

De las otras chicas no sé nada nuevo. Se supone que nos íbamos a poner en contacto para que me diesen los datos de la fiesta de despedida de su amiga inglesa, pero han pasado un poquito de mí (:p).

Esta tarde he salido a dar un paseo en mi bici :D. ¡Ojo con las bicis! Yo, dentro de lo que cabe, estoy teniendo bastante suerte. Pero la misma bici se han comprado José Antonio y Jonay y ellos han tenido ya bastantes problemas. Por ejemplo los frenos, que se les desajustan, las ruedas se les desinflan, a los pedales les pasa no sé qué movida.

Yo, como digo, no he tenido problemas. La bici va bien. El recorrido que he hecho es super-light y super-estándar. Básicamente me he recorrido enteras las playas de Copacabana y de Ipanema por su carril bici. Por el camino me he parado en un puesto de churros. Los churros son exactamente iguales que en España, solo que más grandes y aquí les ponen algún dulce. Como por ejemplo dulce de leche o crema de chocolate. Menudo chapuzas el que me lo ha puesto. Cada churro a un real. Le pago con un billete de dos reales. Me dice que no tiene cambio (de dos!!) y me tiene allí esperando diez minutos para ver si viene alguien a comprarle otro churro y pagándole con un real. Pasa el tiempo y termino diciéndole, venga, tronco, dame otro churro y ya está.

A lo cual yo me pregunto: si, pongámosle, este tío vende un churro cada media hora (según la media de lo que vi en ese ratito) a un real cada churro... debería trabajar unas cincuenta horas al día para que le cundiese un poquito su trabajo.

Vamos a combinar que simplemente ese ratito que estuve esperando el chico tuvo mala suerte y vendió muy por debajo de su media habitual.

En total, unos diecisiete kilómetros. Como ya digo, un ejercicio muy light.

Aprovecho para poner un vídeo que grabé con la cámara de Aurora la semana pasada en Ipanema. No sé si alguna vez lo he comentado, pero hay días que en dicha playa hay unas olas enooormes. Este era uno de esos días. Da hasta miedito meterse en el agua.



Nada más. Me voy de fiesta.

Beijos!!

PC

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