Llegan nuevos becarios

En apenas una semana nos hemos multiplicado por tres. María, Patricia, Asier, Alejandro, Pablo, Lorena y, la semana que viene, Maitane, han pasado a formar parte de la peña que día tras día haremos por generar y promover planes en las tardes/noches cariocas.

Los cinco primeros son becarias ICEX de segunda fase, currando la primera en Gas Natural junto con Chechu, la segunda en Endesa, el tercero también en Gas Natural y Alejandro y Pablo en Hispasat. Lorena es becaria de la agencia EFE y Maitane será la becaria del gobierno vasco y currará con nosotros en la oficina.

Desde que han llegado, la actividad ha aumentado notablemente. Como mínimo, todas las noches hemos cenado juntos. Ya haya sido en casa de Chechu y José Antonio o en algún barzinho cualquiera. Y antes, a lo largo de la tarde, también se suele terciar alguna actividad. Por ejemplo ayer fuimos a ver Uma noite no museo, la de Ben Stiller. Graciosilla, pero extremadamente gilipollas.

Por ejemplo, hoy seguramente iremos por una zona de barzinhos que están por el Jardín Botánico.

Aparte, todo esto lo que también ha hecho es acelerar los preparativos para el carnaval. Me explico. Ha sido llegar los nuevos becarios y, teniéndolos tan cerquita y tan reunidos, comenzar yo en primera persona a preguntar preferencias de precios, disfraces y escuelas para desfilar en el sambódromo.

Así, ayer y antes de ayer fueron días frenéticos llamando a las distintas escuelas y, dentro de cada escuela, llamando a las distintas alas para preguntar cada precio del disfraz y demás. Al final, estamos a punto de decantarnos por uno de los dos siguientes disfraces...





Creemos que el plateado es más bonito. Pero el de fútbol es más colorido, saldrá mejor en las fotos y qué quieres que te diga; Vamos a estar en Brasil, en Río de Janeiro, en el carnaval más conocido del mundo, dentro de él, formando parte de él. A esa frase le falta la palabra fútbol en algún sitio, ¿no?

Así que hemos quedado con el responsable de la ala que llevará ese disfraz para hablar con él y nos cuente cómo va a ir el tema de los ensayos, etc... Y el precio de todo el lío que, incluyendo disfraz, ensayos, desfile, feijoada el día de Carnaval, va a terminar saliendo por 380 reales. Nada menos que 140€.

Creo que la broma merece la pena. Es una vez en la vida, además de que va directo al anecdotario para los nietos.

Hemos ido un par de días a jugar al tenis. Hay unas pistas municipales junto al lago donde, simplemente si no hay nadie jugando, te puedes meter hasta cierta hora en que comienzan clases particulares. Las dos veces hemos tenido suerte y hemos jugado un buen rato. Lo malo es que el segundo día la pista estaba un poco mojada y no era fácil jugar. De hecho, en un lance del juego me resbalé y, aunque no sentí nada, creo que me doblé la rodilla. Ayer y hoy tengo ciertas molestias que me hacen hasta cojear un poquillo.

Este sábado llega mi primo Polla Pau. Le estoy preparando el terreno para que no se aburra mientras yo estoy trabajando todas las mañanas. De hecho, Maitane no se incorpora hasta el día uno de febrero, así que ya tiene una compañerita. Además, viene un amigo de José Antonio de Alemania y, como seguro, está siempre Jonay, el novio de Vicky, que lo que tiene es un año sabático y está siempre disponibles por las mañanas. Sólo espero que les haga buen tiempo, porque lo que es últimamente, sólo vemos nubes. Hasta se me está quitando el moreno, joder.

Ayer mismo estábamos en un quiosque de playa jugando al mus y de repente, así sin avisar, empezó a caer una de escándalo. Bastante jevi. Nos tuvimos que meter bajo unos toldos del chiringo para resguardarnos del agua que caía a chorros. Duró apenas cinco minutos, pero anegó las calles. Lo que se llama una tormenta tropical.

Los ordenadores al curro siguen sin llegar, así que el trabajo que tengo es el mismo rutinario de todos los días. Sin embargo, me han dicho que lo que sí que llega la semana que viene o la siguiente son muebles nuevos para toda la oficina. Esto me toca de lleno, ya que me tengo que encargar de desconectar todos los ordenadores, dejarlos en la sala de juntas y, una vez coloquen todos los muebles nuevos, volver a colocárselos a cada usuario. No veas qué trabajazo. Me va a llenar profesionalmente que no veas.

Seguimos viéndonos.

Saudaçoes.

Pedrão Carioca